Álvaro Palacios, la persona que da nombre a esta bodega, partiría de una bodega familiar en la Rioja, para emprender este proyecto vinícola en la DOQ Priorat. En busca de una zona novedosa, finalmente se decantó por Cataluña, territorio con esencias nítidas, sol mediterráneo, un buen clima, más de 3.100 horas de sol… todo esto da lugar a vinos con una gran personalidad.

Su primera añada vendría en 1989 de la mano de una bodega que formó junto a 3 amigos en Gratallops, más tarde cada uno tendría su propia bodega. Sus vinos empezarían a destacar gracias a una subasta de Nueva York, donde una botella suya se vendería por 68.000 pesetas. Entre sus vinos destacan l’Ermita y Camins, dos de los más vendidos y que se enfocan a públicos totalmente diferentes.

Su entusiasmo y conocimiento para elaborar grandes vinos le hace ser una de las bodegas con más prestigio del panorama nacional.