¡Feliz añada nueva!

Los vinos jóvenes de la última vendimia ya están aquí!

Pero, ¿Ya conoces las diferencias entre un vino joven, un crianza, un reserva y un gran reserva?

Aunque mundialmente la clasificación difiere, nos centraremos en la nuestra. Esencialmente lo que se tiene en cuenta es el tiempo de maduración y envejecimiento que se les ha dado en la bodega (aunque algunas D.O. también exigen algunos parámetros más). Al contrario de lo que pueda parecer, hay que advertir que esta clasificación no define un baremo de calidad, pudiendo ser por ejemplo un vino joven un vino excepcional. Y sin olvidar también que el mejor vino es el que más te guste.

Los primeros vinos que salen de una cosecha son los vinos jóvenes. Suelen ser frescos, afrutados, ligeros, fáciles y sencillos, porque sólo han pasado en barrica un periodo inferior a 6 meses. Conservan y expresan las notas naturales de la uva, ya que no afloran los matices del contacto con la madera típicos de los crianza y reservas. No por ser jóvenes son de menor calidad, pero si los primeros de cada añada.

La clasificación de Crianza la encontramos para aquellos vinos que han envejecido un mínimo de 24 meses (18 en el caso de blancos y rosados), de los cuales al menos 6 han sido en barrica. La madera, normalmente roble, ejercerá un poder transformador en los aromas y gustos resultantes, mutando de la fruta hacia la madera con sus notas de especias y tostados. Cuando no están en barrica los encontramos ya en botellas en posición horizontal, selladas con corcho y lejos de la luz. Posteriormente se podrán consumir hasta 10 años después.

Los vinos clasificados como Reserva, han envejecido un mínimo de 36 meses (24 en el caso de blancos y rosados), de los cuales al menos 12 han sido en barrica (6 en los blancos y rosados). Seguirá el mismo proceso de un crianza, pero se podrán consumir incluso más allá de los 10 años, especialmente cuando la buena añada lo vale.

Por su parte, los vinos clasificados como Gran Reserva, han envejecido en busca de profundidad y refinamiento un mínimo de 60 meses (48 en el caso de blancos y rosados), de los cuales al menos 18 han sido en barrica (6 los blancos y rosados) . Como los Reserva, los podrás disfrutar más allá en los años, y se hacen a partir de las añadas más excepcionales.

Como una nueva temporada de aquella serie que tanto te gusta, de las mismas viñas ha nacido una nueva añada. Lo importante es saber lo que te gusta, y poderlo disfrutar cada año.

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Txin-txin, por un año diVINO!